Por: Jorge Balbín Cóndor
Cada vez y con mayor frecuencia, observamos a personas que caminan con dificultad, utilizan sillas de ruedas, bastones con gruesos lentes, hablan con dificultad, no oyen o necesitan fármacos para mantener cierta lucidez; a ellos se les conocen como personas con discapacidad; es decir personas que tienen deficiencias físicas, sensoriales, mentales o intelectuales de carácter permanente y que cotidianamente tienen que superar los diferentes obstáculos y barreras propias de las ciudades que han sido construidas, sin tomarlos en cuenta.
Al respecto, cabe formularnos las siguiente preguntas
¿La Discapacidad solo interesa a las personas que lo adolece?
¿Es un tema que debe involucrar a la familia?
¿Debe la sociedad incluir el tema en sus propuestas de desarrollo?
La realidad impone, que el tema de la discapacidad y su tratamiento deben involucrar a todos los miembros de la sociedad, bajo una óptica humanista en defensa de la vida, que busque superar la discriminación estructural y la exclusión a este sector poblacional cumpliendo el principio constitucional, que la persona humana es el fin supremo de la sociedad y el estado.
Al respecto, resulta pertinente analizar la información proporcionada por la investigación realizada, en 1993 por el instituto Nacional de Rehabilitación (INR) con el auspicio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Que sobre el origen de la discapacidad la investigación señala:
- El 19 % de ellas tuvieron un origen congénito (hereditario)
- El 81% lo adquirieron después del nacimiento originado por la pobreza y desnutrición crónica enfermedades no prevenidas o mal curadas, accidentes de trabajo, accidentes de tránsito, consecuencias de la violencia interna y externa y ….. LA VEJEZ
La información proporcionada, nos permite señalar algunas conclusiones preliminares:
- La pobreza y la desnutrición son las causas principales que originan la discapacidad.
- Se debe modernizar el sistema de salud en lo referente a investigación biogenética, prevención, rehabilitación y seguridad para toda la población.
- Planificar el crecimiento de las ciudades, con adecuadas vías de comunicación, accesibilidad y sistema de transportes inclusivos.
- Dotar de ajustes razonables en los centros de trabajo.
- Fortalecer la seguridad ciudadana y promover una cultura de paz universal.
- Toda la población, adquirirá algún tipo de discapacidad, a la largo o al final de su vida.
En este contexto, la ciencia y la evidencia empírica, nos muestra que la discapacidad involucra a la persona, al entorno familiar y a la sociedad en su conjunto; por lo que, bajo un enfoque de derechos humanos, se debe “Declarar de Interés Nacional la temática de la discapacidad, del adulto mayor y las poblaciones vulnerables”.
Tal declaratoria nos permitiría establecer de manera prioritaria una política de estado, planes, programas, proyectos y acciones que desarrollen de manera sistémica y trasversal; el sector público, el sector privado y la sociedad en general.
El tiempo dirá si somos capaces de asumir este desafío de carácter nacional y supranacional.
(Continuara)